martes, 8 de septiembre de 2009

Colombiano resultó ser artista

Maestro Antonio Caro




En un reporte policial con tono periodístico, o en un reporte periodístico con tono policial, se cuenta una noticia: “un colombiano fue retenido para averiguaciones en materia de seguridad por agentes de Investigación de Delitos en la ciudad de Presidente Franco, departamento de Alto Paraná, Paraguay. La diligencia fue a raíz del posible ingreso de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para dar instrucciones a la delincuencia local en materia de secuestros extorsivos. En horas de la noche, la fiscala interviniente, Arminda Rivas, dispuso la libertad del extranjero tras confirmar en consultas con la embajada de Colombia que es un artista que goza de amplio reconocimiento en la escena local de su país.”

“El artista tiene 57 años, nació en Santa Fe de Bogotá y su pasaporte tiene visa de los Estados Unidos. Ingresó a Paraguay el 16 de abril pasado, por Pedro Juan Caballero, frontera con Punta Porá, Brasil. Los agentes policiales ubicaron al colombiano alrededor de las 22 horas del viernes en el hotel Ykuá Bolaños. El subjefe de Investigación de Delitos, Isabelino Martínez, explicó: esta persona fue aprehendida en virtud de que el servicio de inteligencia con que cuenta el departamento de Investigación de Delitos en Ciudad del Este había tenido informes completos y detallados sobre el ingreso al país del foráneo”

“El agente Martínez añadió que la policía encontró numerosos elementos, como videos, material impreso y trabajos artesanales entre sus ropas: ‘En una parte de su video, una persona le pregunta de su espíritu revolucionario y él se ríe y contesta que él no es de la edad contemporánea. Dijo que se dirigía hacia Concepción y contaba con una pequeña cantidad de dinero que, nosotros suponemos, no daba para llegar a allá. Tenía abundante moneda colombiana pero de muy baja nominación. No tenía arma de fuego, pero sí le encontramos un croquis con la ubicación de la embajada de Japón, el Club Centenario, y unos escritos que no estaban bien coordinados. La Policía presume que él vino como instructor, miembro de las FARC y que podía instruir a nuestros conciudadanos en la comisión de delitos. Presumimos que él está haciendo reconocimiento de terreno, dice que es artista pero no tiene pinceles o elementos de pintura’. En los planos mencionados aparece la sede diplomática y el club social como referencia para llegar hasta la galería ‘Fábrica’ donde el artista colombiano fue invitado a exponer.”

Hace algunos años un crítico de arte uruguayo definió a Antonio Caro artista colombiano como miembro de una particular forma de “guerrilla visual” y escribió: “[El artista] cuidadosamente apunta para errarle a los blancos de tiro definidos y amados por la estructura de poder artística, del mismo modo que su voluntad de localismo es difícil de exportar." La intervención de las autoridades paraguayas, sumada al designio del crítico uruguayo, hacen que la acción, la breve retención a que fue sujeto el artista colombiano, se sume a su lista de obras de arte conceptual. Nadie sabe para quien trabaja. Una historia más de nuestra pintoresca Historia del Arte.


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